jueves, 26 de marzo de 2009

Francisco Esteban

Biografía:

Muy pocos datos fidedignos se tienen de este personaje, salvo los que se pueden espigar de una colección de pliegos sueltos o romances de ciego que le suelen tener por personaje, y cuyos ejemplares más antiguos conservados se sitúan hacia 1730 (pliegos sevillanos de la imprenta de la Viuda de Francisco de Leefdael, en la casa del Correo Viejo); ya en 1717 ya estaba impresa la comedia de José Vallés El más temido andaluz y guapo Francisco Esteban, inspirada en los romances, que indican que murió en 1705.
La leyenda afirma que fue un niño pendenciero, violento, díscolo y travieso; se fugó de casa y marchó a Jaén. Ingresó luego en los tercios y pasó a Cataluña, donde tiene varios duelos y empieza a cometer desafueros. Finalmente acuchilla a dos cabos de escuadra y huye hacia Alicante; allí sienta plaza en las galeras de Cerdeña, donde encuentra a algunos amigos de Lucena, y recala posteriormente en Cartagena, donde se ensaña con él la fatalidad: una mujer embarazada y con un niño pequeño le pide ayuda contra un hombre que la acosa; Francisco disputa con el hombre y lo mata disparando, con tan mala fortuna que además muere la mujer embarazada y el niño. Se hace tratante de tabaco y contrabandista, su ocupación más continua y fructífera, en Valencia y Cartagena; en esta última ciudad el gobernador lo apresa y le requisa el contrabando, caballos incluidos. Pero su compadre y paisano también delincuente Juan Romero carga contra los guardas y alguaciles y entre ambos hacen huir a la justicia. Francisco roba al gobernador de Cartagena unas mulas y las intercambia por las suyas con el gobernador. En Málaga reduce al valentón Boca Negra y en Granada al guapo de Santaella. En Madrid se bate en tres meses con seis guapos y siempre sale victorioso. Tras una breve estancia en Lucena se marcha a Jaén para casarse, y ahí coge in fraganti, con las manos en la masa, a un garduño o cortabolsas que pretendía robarle, y le saca las tripas. Prosigue su contrabando de tabaco y sal y se muda a Cabra, desde donde hace frecuentes viajes al Puerto de Santa María y a Cádiz, donde, tras comprar once cargas de tabaco, es delatado y apresado y sus caballos son vendidos con la carga respectiva, aunque echó la puerta abajo y le pidió al que los compró el importe de la venta; no se niega el hombre, porque peligra su vida. Menos suerte tuvo un arrendador de Puerto Real, al que Esteban mató en su propia casa y en su cama. En otra ocasión también asesinó a un ventero que le pidió las costas de su posada. Pregonan su cabeza y sus compañeros y él quieren el indulto; pero el presidente de la Audiencia de Granada no quiere, así que se encierra con él y hace que queme los procesos que se le habían incoado. Pasa luego a Ceuta para contrabandear con tabaco, incluso a cara descubierta y pregonándolo por las calles, lo que hace también en Cabra, donde vivía estos años regentando un puesto en que también expende vino, sin pagar impuesto alguno; como tiene competidores, como los Cerrato de Lucena, Francisco destroza su garito y los desafía, pero resulta herido y va a parar a galeras, aunque consigue huir cortándose el carcañal y sacándose el grillete; vuelve a Lucena, donde no tenía causas pendientes con la justicia, y vive tranquilo dos años. Pero un tal Benito Velasco, de la villa de Campillos y delincuente como él, le invita a beber y le propone cambiar su chaleco por el suyo, aunque Esteban sospecha que viene a matarlo; al cambiarse le dispara y lo mata e intenta huir, pero regresa al olvidársele la munición y se topa con su antiguo compañero y ahora rival, Juan Romero, que lo mata, al creer que quien ha matado es uno de sus hombres.

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