jueves, 26 de marzo de 2009

Perot Rocaguinarda

Biografía:


Perot Rocaguinarda también conocido como "Perot lo Lladre" (Oristá, provincia de Barcelona, 18 de diciembre de 1582 - 1635) hijo de campesinos, bandolero y salteador de caminos catalán, pertenecia y comandaba una partida de bandoleros al servicios de los nyerros, una de las bandosidades, junto a la de los cadells que enfrentaban a la pequeña nobleza catalana.
Con el nombre de Roque Guinart, Perot Rocaguinarda aparece en la segunda parte del Quijote. El episodio parece rememorar un encuentro real que tuvo Cervantes con el bandolero, que es descrito en términos muy favorables.

Compañeros

El grupo estaba formado por campesinos y gascones, sus mas fieles colaboradores fueron...
Joan Gili "Janot".
Jaume Alboquers, "El Escolanet de Poliñà"
Gabriel Galí "Barceló".

Hazañas:

Se dedicaban principalmente al servicio de los pequeños nobles que le protegían, al asalto de los caminos que unian Barcelona y Gerona, de masías y de los arrieros y viajeros que cruzaban su territorio. Sus hombres también servían para atemorizar al campesinado, dentro de las estrategias de la nobleza para seguir controlando a sus vasallos.
1607 Asalto al Palacio del Arzobispo de Vic.
1607 Asalto a la comitiva del Alcalde Real de Villaleons.
1610 Robo de objetos sagrados y dinero en la iglesia de Balenyá.
En el año 1607 la Real Audiencia de Barcelona lo declaró enemigo del reino.
En el año 1611 recibió el indulto por parte del virrey, a cambio de ser oficial de los tercios españoles asentados en Nápoles.

Amores:

Su vida amorosa nofue muy agitada. Perot cuidaba la castidad y la pureza. Si que es verdad que sintió afecto por alguna moza de Barcelona, pero en la práctica vivió castamente con su parecer y su religión.
 

Comparativa:

Mas allà de los Pirineos se considera a Rocaguinarda uno de los bandoleros mas grande de la historia y comparado muchas veces con Robin Hood, aunque, no era tan exagerado con eso de robar al rico para darselo a los pobres

Leyenda:

Cuentan que una vez un sacerdote de la Iglesia del Pi, hizo una misa sin monaguillo que le ayudara. Al cabo de pocos días murió y debido a aquella misa mal celebrada, fue condenado al Purgatorio de donde no podía salir hasta volver a celebrar otra misa con ayudante. Cada día alrededor de las doce de la noche se presentaba al pié del altar mayor de la Iglesia del Pi, y con voz lastiera que hería el corazón decía por tres veces: Quién me ayudará?
Eso duró mucho tiempo; hubo quien se dió cuenta del hecho y corrió la voz por el vecindrio, que cada noche se presentaba una sombra blanca como un fantasma que iba al altar mayor, decía unas palabras y desaparecía. Todo el mundo tenía gran miedo, i así que se hacía denoche, nadie osaba salir de su casa por miedo de topare con el fantasma.
En el tiempo del que hablamo era costumbre dejar las iglesias abiertas a toda hora; y ocurrió que una noche un ladronzuelo se escondió en la Iglesi del Pi, sin saber nada de lo que pasaba alrededor de media noche. Llegada la hora se presentó la sombra acostumbrada y lastimosa desde el pié del altar se giró hacia el templo como si estuviera lleno de gente y con voz muy lastimosa que hería el corazón, preguntó: ¿Quién me ayudará?

El ladrón lo oyó desde su escondrijo y muy diligente le dijo: "Yo os ayudaré". Entre los dos celebraron la misa, y una vez acabada el cura bendijo a su ayudante y le dijo: "Dios te lo pague y te haga bueno". El sacerdote desapareció y se subió al cielo, puesto que celebrada la mia con ayudante y había acabado su penitencia en el Purgatorio.
Las palabras del cura conmovieron de tal forma el espíritu del ladronzuelo que abandonó la mala vida y se convirtió en hombre de bien.

Este ladrón del que nos habla la tradición puede tener relación con el personaje que dio nombre a la calle de Perot lo Lladre, cercana a la Iglesia del Pi.

(Extraído de: "Històries i Llegendes de Barcelona" de JOAN AMADES)


Poesia

AL FAMÓS BANDOLER

PEROT ROCAGUINARDA



Quan baixes de Montseny, valerós Roca,
com si una roca de Montseny baixara,
mostres al món ta fortalesa rara:
que per a tu, sa fúria tota és poca.


A ningú al cap de tantes bales, toca,
lo qual no veja, si et pot fugir la cara;
que ton valor insigne no repara,
tras falsa mata ni traïdora soca.

Tot aquest Principat fas que badalle,
qui et persegueix de son, qui persegueixes
ab mortal i fúnebre parassisme.

Qui tinga ton judici mire i calle,
i diga't "senyoria", que ho mereixes
per lo millor pillard del Cristianisme.

Jaime el Barbudo

Biografía

Nació en Crevillente (provincia de Alicante) el 26 de octubre de 1783. Tras matar a un vecino del pueblo en 1806, huyó a las montañas. Su vida de bandolero se produjo en tierras alicantinas y murcianas.
Durante la invasión napoleónica de la Península (1808-1814), luchó contra los franceses en la región de Murcia. Al final de la guerra, volvió a sus actividades delictivas.
Durante el trienio liberal (1820-1823), Jaime se declaró enemigo de los liberales y, con la proclamación como rey absoluto de Fernando VII en 1823, el bandolero se convirtió en un verdadero héroe. Pero una vez más, volvería a cometer nuevos excesos.
Fue finalmente detenido en Murcia en 1824 y ejecutado el 5 de julio de ese mismo año en la plaza de Santo Domingo de esta misma ciudad. Aunque su muerte fue a causa de la horca, se sabe que su cuerpo fue mutilado y sus trozos expuestos en diversos puntos de Murcia.

Luis Candelas

Biografía:

Nació en una carpintería de la calle del Calvario en 1804, tercer hijo de un matrimonio que vivía sin agobios económicos y que dio estudios a Luis en el colegio de San Isidro. Aquí empezó la leyenda, ya que empezó a hacer bandas, provocar peleas y fue expulsado a causa de que un clérigo le dio una bofetada y él respondió con exceso a la afrenta, dándole dos. A pesar de su separación de la enseñanza, siguió leyendo todo libro que caía en sus manos, teniendo así una formación autodidacta. Desde temprana edad le gustaba vestir bien y tener buenos modales, además de ser alborotador y díscolo, como lo demuestra que ya a los 15 años hizo su primer robo y poco después fue detenido y apresado en la Cárcel de Villa, por deambular por la Plaza de Santa Ana a altas horas de la madrugada. Con 19 años perdió a su padre, replanteándose un poco su vida y dedicándose a ser librero. Pero duró poco esta situación, ya que fue condenado a seis años de cárcel por robar dos caballos y una mula. En su primera época de delincuente, entre 1823 y 1830, dicen que se dedicó a conquistar mujeres y vivir a costa de ellas, reconociéndose como un Don Juan. Era moreno, bien parecido, dientes blancos, con patilla ancha y flequillo bajo el pañuelo, bien afeitado, calañés, faja roja, capa negra, calzón de pana y calzado de mucho tirar.
Poco después se dedicó al latrocinio y salió triunfante de dos duelos, uno de ellos contra Paco El Sastre, que luego sería su amigo, lo que le hizo respetable en los barrios de Madrid. Para poder costearse sus gastos formó una cuadrilla en 1835, entre cuyos componentes destacaron Paco El Sastre, Francisco Villena, Mariano Balseiro, Leandro Postigo, Juan Mérida, José Sánchez El del peso, Pablo Maestre, Pablo Luengo El Mañas y los hermanos Cusó (Antonio y Ramón), con los que se reunía en La taberna del Cuclillo, en la La Taberna de Jerónimo Morco, que pertenecía al cuñado de Balseiro, en la calle de Mesón de Paredes, "La Taberna de la Paloma" en la calle de Preciados, la de "Traganiños", en la calle de los Leones junto a la calle de Jacometrezo y en la taberna de El Tío Macaco, en la calle de Lavapiés. Todas ofrecían el mejor servicio a la banda, buen vino, buenas "cantaoras", buen escondite y buena compañía femenina; realizó diversas fechorías, cada vez más arriesgadas y con mayor botín, que por su ingenio y buen humor fueron cantadas por los madrileños con cierto cariño. Tenía doble vida, indiano adinerado y respetado de día (cuyo falso nombre era el de Luis Álvarez de Cobos, hacendista en el Perú) y truhán de noche, cuando salía por la puerta de atrás de su casa, ubicada en la calle Tudescos nº5, convertido en el rey de los bajos fondos.
Se dedicaba a robar, con su máxima de que la fortuna estaba mal repartida, pero nunca llegó a matar a nadie en ninguna de su acciones. Era extremadamente delicado en ellas, no usando la violencia. Siempre vivió bien y nunca gustó de los oficios mecánicos, siendo ésta una de las causas de que se entregara a la delincuencia. Cuando era detenido y apresado, era fácil que se escapara ya que sobornaba a carceleros o, simplemente, lograba fugarse. En una de sus "visitas" a la cárcel, conoció al político Salustiano de Olózaga, al cual ayudó a escaparse, quedando este último muy agradecido a Luis Candelas. Se dice que luego se reencontraron y Salustiano fue el que inició en la masonería al bandolero, ingresándolo en la "Logia Libertad". A partir de este hecho, muchas noches Luis Candelas lucía una capa negra con símbolos masones.
Hubo tres mujeres que marcaron su vida. Se casó en los carnavales de 1827 en la Parroquia de San Cayetano, con Manuela Sánchez, viuda de 23 años que también había pasado por la cárcel. Ya en la luna de miel, encontrándose en Zamora, vieron que no eran compatibles y Candelas la abandonó en las Navidades de ese mismo año. Luego tuvo como amante a una chica llamada Lola La Naranjera, la cual tenía amigos importantes que conseguían sacar de la Cárcel de la Villa a Luis tan pronto como entraba por delito de hurto. La Naranjera además era la amante favorita del mismísimo rey Fernando VII. La última de sus amantes importantes, la de su perdición, fue Clara, muchacha de clase media y familia honesta, con la cual se fue a vivir a Valencia. Aquí siguió robando alguna joya para vivir holgadamente.
En esta época el rey ya había muerto, la Primera Guerra Carlista estaba en auge y los liberales tenían el gobierno. Cometió el error de hacer dos atracos importantes, asaltando a la modista de la Reina en su taller, y al embajador de Francia y su señora en una diligencia. Con lo que volvió a estar perseguido por la justicia, huyendo con Clara hacia Inglaterra, pero cuando llegaron a Gijón, Clara no estuvo dispuesta a partir, con lo que decidieron volver a Madrid, siendo detenido el 18 de julio de 1837 en el puesto de aduanas del puente Mediana situado en el camino real de Valladolid a Toledo, en el término municipal de Alcazarén, después de pernoctar en esta población, en la posada situada en la calle Real esquina con la calle Luis Candelas (frente a la iglesia de San Pedro). Lo llevaron a Valdestillas y, luego, a Valladolid. Trasladado a Madrid, acusado por más de 40 robos constatados, fue juzgado el 2 de noviembre, siendo condenado a morir por garrote vil. Pidió clemencia a María Cristina de Borbón, pero le fue denegada. Murió el 6 de noviembre de 1837 con 33 años. Se le ha adjudicado, cuando estaba al pie del garrote, la frase: «¡Patria mía, sé feliz!».


Francisco Esteban

Biografía:

Muy pocos datos fidedignos se tienen de este personaje, salvo los que se pueden espigar de una colección de pliegos sueltos o romances de ciego que le suelen tener por personaje, y cuyos ejemplares más antiguos conservados se sitúan hacia 1730 (pliegos sevillanos de la imprenta de la Viuda de Francisco de Leefdael, en la casa del Correo Viejo); ya en 1717 ya estaba impresa la comedia de José Vallés El más temido andaluz y guapo Francisco Esteban, inspirada en los romances, que indican que murió en 1705.
La leyenda afirma que fue un niño pendenciero, violento, díscolo y travieso; se fugó de casa y marchó a Jaén. Ingresó luego en los tercios y pasó a Cataluña, donde tiene varios duelos y empieza a cometer desafueros. Finalmente acuchilla a dos cabos de escuadra y huye hacia Alicante; allí sienta plaza en las galeras de Cerdeña, donde encuentra a algunos amigos de Lucena, y recala posteriormente en Cartagena, donde se ensaña con él la fatalidad: una mujer embarazada y con un niño pequeño le pide ayuda contra un hombre que la acosa; Francisco disputa con el hombre y lo mata disparando, con tan mala fortuna que además muere la mujer embarazada y el niño. Se hace tratante de tabaco y contrabandista, su ocupación más continua y fructífera, en Valencia y Cartagena; en esta última ciudad el gobernador lo apresa y le requisa el contrabando, caballos incluidos. Pero su compadre y paisano también delincuente Juan Romero carga contra los guardas y alguaciles y entre ambos hacen huir a la justicia. Francisco roba al gobernador de Cartagena unas mulas y las intercambia por las suyas con el gobernador. En Málaga reduce al valentón Boca Negra y en Granada al guapo de Santaella. En Madrid se bate en tres meses con seis guapos y siempre sale victorioso. Tras una breve estancia en Lucena se marcha a Jaén para casarse, y ahí coge in fraganti, con las manos en la masa, a un garduño o cortabolsas que pretendía robarle, y le saca las tripas. Prosigue su contrabando de tabaco y sal y se muda a Cabra, desde donde hace frecuentes viajes al Puerto de Santa María y a Cádiz, donde, tras comprar once cargas de tabaco, es delatado y apresado y sus caballos son vendidos con la carga respectiva, aunque echó la puerta abajo y le pidió al que los compró el importe de la venta; no se niega el hombre, porque peligra su vida. Menos suerte tuvo un arrendador de Puerto Real, al que Esteban mató en su propia casa y en su cama. En otra ocasión también asesinó a un ventero que le pidió las costas de su posada. Pregonan su cabeza y sus compañeros y él quieren el indulto; pero el presidente de la Audiencia de Granada no quiere, así que se encierra con él y hace que queme los procesos que se le habían incoado. Pasa luego a Ceuta para contrabandear con tabaco, incluso a cara descubierta y pregonándolo por las calles, lo que hace también en Cabra, donde vivía estos años regentando un puesto en que también expende vino, sin pagar impuesto alguno; como tiene competidores, como los Cerrato de Lucena, Francisco destroza su garito y los desafía, pero resulta herido y va a parar a galeras, aunque consigue huir cortándose el carcañal y sacándose el grillete; vuelve a Lucena, donde no tenía causas pendientes con la justicia, y vive tranquilo dos años. Pero un tal Benito Velasco, de la villa de Campillos y delincuente como él, le invita a beber y le propone cambiar su chaleco por el suyo, aunque Esteban sospecha que viene a matarlo; al cambiarse le dispara y lo mata e intenta huir, pero regresa al olvidársele la munición y se topa con su antiguo compañero y ahora rival, Juan Romero, que lo mata, al creer que quien ha matado es uno de sus hombres.